Por fin hoy ando con ánimos.
Vamos a ponerle un poco de magia a nuestras vidas pues no solo de política viven los seres humanos, aunque algunos viven ajenos a todo lo que los rodea entretenidos en desarrollar sus ansias de poder y sus bolsillos.
Hace varios días que me dedique a repasar los comentarios vertidos en el foro.
Uno de ellos llamo mi atención por que me hizo recordar mis correrías por regatos, riegas, arroyos y ríos en buscada de los moros.
Con diez años -más o menos- creo que me recorrí hasta el más insignificante curso de agua en busca de esos seres enigmáticos.
Mi abuela decía que en la riega que baja por el costado este de Para, y que nace en el Juentayu , entre Sambrón y los Pedrosos a la orilla de ese rió los moros tenían la mina y el cementerio mas importante de la comarca.
Este lugar siempre fue para mi un lugar especial, en el me pase mucho tiempo cavando con un pico con la ilusión de encontrar la mina y el cementerio.
Tanta insistencia dio fruto un día que entre la tierra y las raíces de un aliso encontré una espada en buen estado y varias monedas antiguas. Pletórico de alegría regresé a casa, ansioso mostré a todos mi tesoro.., hasta que la espada llego a manos de mi padre y dijo que la espada era un machete de la guerra y las monedas eran romanas, de la época de Julio Cesar.
Largo tiempo tardaron en convencerme de mi error pues asociaba a los moros de la mina con los moros musulmanes, con los sarracenos que en el siglo VI arrasaron Europa.
Aun así siempre me quedo la ilusión de que algún día encontraría la mina y le taparía la boca a todos.Por eso continué con mi búsqueda con mas entusiasmo que nunca.
El entusiasmo duro hasta que una día de San Juan en Abandames, llegue con mí padre al Torracu, a la casa del tío Doro. Ese día lo recuerdo como algo muy importante pues por primera vez vi una biblioteca en directo, nunca había visto tantos libros juntos.
Cuando todos estaban comiendo desaparecí sigilosamente y me introduje en la biblioteca. Tan entusiasmado estaba con todo que no me di cuenta que todos se habían ido a la romería, y solo a la noche cuando regresaron a cenar tome conciencia del tiempo que había pasado.
Entre todos los libros había un pequeño ejemplar que estaba escrito en bable, no recuerdo el nombre del autor, pero el titulo era algo así: “Mitoloxia de les Asturies”
más o menos. En el vi por primera vez la palabra” moros” y supe quien eran los moros de las historias de mi abuela.
Quiero compartir todo esto para que los más jóvenes vean como se puede ser feliz, sin nada, solo con la imaginación, con los sueños y un pico.
Para redondear, Felipe creo que en algunas de estas correrías me encontré con el pez que tú describes.
En ese rió que baja de Arbas y cruza el famoso puente de L’Acebal y desemboca en el puzu Monejo, en el molino que esta entre el puente y la carretera, hay un tramo de de unos cien metros casi planos y aguas poco profundas. Ahí íbamos de niños a pescar anguilas con un tenedor de cocina, rió arriba levantando piedras y clavándolas con el tenedor. De vez en cuando semienterrado en la arena aparecía ese pez de color amarillento y la boca como una sanguijuela. Digo lo de las sanguijuelas por que en Para en uno de sus arroyos había una poza famosa por sus sanguijuelas de gran tamaño. Uno de nuestros juegos era meter un pie en la poza y ver quien aguantaba más. Ni que decir, apenas metíamos el pie en el agua salíamos corriendo arrancando sanguijuelas.
Cuando nos encontrábamos con alguno rápidamente bajábamos la piedra pues pensábamos que eran sanguijuelas gigantes.
Te hablo de los años 60 que todavía el rió era cristalino y puro pues apenas dos baños depositaban en el sus restos contaminantes. Con el tiempo las casas fueron “progresando” y cada vez mas tuberías fueron cambiando el paisaje del rió, sus aguas se fueron oscureciendo y cada vez era mas difícil de ver alguno de sus antiguos habitantes.
Recuerdo algunos otros que nunca supe que fueron, como una especie de ratata sin cola de color negro brillante y el vientre plateado, a veces nos pasábamos horas viéndolas bucear y sacar una especie de cangrejo del rió. También era común ver cruzar el rió una serpiente de unos cincuenta centímetros de largo por dos o tres de diámetro adornada con anillos verdes y amarillos Y lo mas excitante era cuando aparecía un lagarto de color verde de gran tamaño.
Quien sabe si tendremos tiempo para reparar todo el daño que le hemos hecho a la naturaleza. Por momentos creo que no, pues hay demasiada gente que solo le preocupa su ego, el poder dominar lo desconocido, sin medir las consecuencias, manipulando todo por el solo hecho de un reconocimiento efímero.
Hace poco que vi a un señor científico defender la energía atómica con mucha vehemencia, como si de eso dependiéramos para sobrevivir. No pongo en duda que sea segura, pero se olvido que produce residuos indestructibles, radioactivos y contaminantes. Lo mas preocupante de esta historia que los que producen estas basuras son los paises ricos, y se aprovechan de la ignorancia las necesidades de los mas pobres y por cuatro monedas llenan su territorio de basuras radioactivas.
Van a cagar a las chabolas de los pobres para no ensuciar sus palacios, olvidándose que todos vivimos en la misma parcela.
Jesús A. López