Manolo me mandó esta foto que ha suscitado en mí, no sé si alegría o tristeza. Las dos cosas. Yo sé que cada quien tenemos nuestro tiempo en esta vida, y que no vale llorar, ni lamentarse. Esto es así y no vamos a darle vueltas. A los que aún estamos aquí, nos corresponde recordar con cariño a los que nos han precedido en ese viaje misterioso que a nadie nos gusta emprender y que, quizá, sea el mejor viaje de nuestras vidas.
En esta foto que intento colgar aquí (y que no sé si lo habré hecho bien) están un grupo de personas a las que yo he querido. Personas que han escrito -a su modo- la historia de esta Peñamellera nuestra. Gentes que hace cuatro puñeteros días estaban aún entre nosotros. Gentes con una "clase" y una "categoría" personal que muchos recordamos y admiramos.
Ayer, cuando Manolo me pasó esta foto, se me caían las lágrimas. Es que, en ella, está condensada mucha historia nuestra. Mucha historia de este Panes que nos duele, que queremos y que, aunque nos dé muchas veces por "los atrases", es nuestro y le perdonamos todo.
De izquierda a derecha podemos ver a: Francisco Hoyos Gutiérrez (Chisco) el último fallecido de todos. A su lado, Quinto (Manuel Fernando Merodio Hoyos). Víctor Rama Lama. Jacinto de la Fuente. Ramón Fernández Sánchez (Chape). Francisco Puente Fernández (Paco el de la Caseta). José Ramón Cuevas (Monchi, el Comportu) y Manuel Fernández Sánchez (Neles) hermano de Chape y padre de nuestro querido amigo, Manolo Fernández Arango.
Esta noche rezaré por todos ellos y por otros muchos. Yo aún suelo rezar por las noches...