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chucho.l.m.:
                                          “ELCUBANU”



“El cubanu de Alevia” fue un personaje muy particular del valle, amante incondicional de Cuera se lo solía ver atravesando sus laderas a gran velocidad, pues su paso era ágil y sostenido emulando al mejor caprino de esas sierras.
Fue un excéntrico para el razonamiento de los habitantes de aquella época, siempre vestido de blanco y tocado con sombrero caribeño, no encajaba mucho en aquella sociedad todavía dominada por una serie de complejos no muy claros.

Seguro que habrá gente de Alevia y Panes que conocerán mejor su vida que yo, por eso me limitare a contar el contacto que yo tuve con el, que se limita únicamente a sus correrías por Cuera.
Lo recuerdo trepando por el camino que va de Alevia a la mina, vestido de blanco en los amaneceres casi de noche y en los atardeceres, ya de vuelta, por el camino que va por la mina vía Ancueba y Alevia. El decía algo que a mi me costaba creer. Según el iba por Cuera hasta Alles y de ahí bajaba  hasta Llonin para luego trepar hasta el Collau en Cavandi Tojes y de ahí su ruta hasta Alevia.

Amante de los olores aromáticos que desprendían las hierbas serranas, se lo solía encontrar sentado con un puñado de ellas apoyado en su nariz oliendo profundamente. Muchas veces cuando yo llegaba hasta Arbas lo encontraba sentado al lado de una gran mata de romero que se encontraba al lado de la cuadra, oliendo una rama para lavar los pensamientos –decía el-. Contaba que sus olores preferidos eran los del romero y los de la hierba recién segada.

En ocasiones aparecía con “el pastor”. El pastor era un chaval de Llonin que cuidaba las ovejas de algunos vecinos de ese pueblo. Eso decían ellos yo nunca supe de donde era a ciencia cierta, así que diré que era de Llonin. El muchacho era menudo de estatura e inteligencia, que compensaba con mucho sentido de la colaboración y de una fresca y natural inocencia.
Como dije anteriormente solían aparecer pop la colina arriba del Collau,  y su lugar de descanso era la braña de Arbas en la cual descansaban para luego enfilar cada uno para su destino.

Los conocí un día caluroso de verano, aparecieron en la braña arrastrando una planta de flores amarillas, siempre recuerdo aquel momento con simpatía pues el cubanu le dio un nombre que yo no conocía y que me causó mucha gracia “Titímalo” Yo la conocía como “pega- pega” pues desprendía una leche espesa y pegajosa que nosotros usábamos para cazar pájaros. Con cuidado untábamos  las ramas de los árboles y si algún pájaro se posaba quedaba pegado fuertemente anulando cualquier esfuerzo de poder despegarse. Había que manejarla con predecía pues su contacto con la piel producía fuertes irritaciones, acompañado de agudos dolores.
Las abuelas también la usaban para curar la s verrugas, ponían el látex sobre la verruga y luego con una fibra que sacaban de sus hojas ataban la verruga y cada dos o tres días la apretaban un poco hasta que la verruga se secaba y se desprendía. Asimismo se usaba para curar animales, sobre todo para los bultos que le salían en el lomo a los caballos y las esconcias que a veces le aprecian a los burros en los testículos y alrededores. Parece que el destina de aquella planta era el burro del pastor que tenía en Cuera.
Eran tiempos en que el Caribe se encontraba convulsionado por la revolución cubana y la guerra fría entre EE. UU. y Rusia. Yo no se si el cubano le contó al pastor algo de ese tema, o simplemente lo escucho en algún lado, el caso es que ya se había hecho su historia tomando parte por un bando. Una mañana se desato una tormenta de esas que pareciera que se abrieron todas las compuertas del cielo. Llegue a la cuadra de Arbas totalmente calado hasta los huesos. Como en esos lugares no había manera de poder secar la ropa la mas practico era subir al pajar y meterse en la hierba seca hasta que se secaba. De entrada era como meterse en un pozo de agua helada pero poco a poco el calor de la hierba iba pasando al cuerpo facilitando que la ropa se fuera oreando. Generalmente a medida que se entraba en calor también se entraba en soñolencia terminado en un sueño profundo.
Ese día dormía profundamente hasta que me despertaron unos gritos desesperados que al principio me asustaron y luego me llenaron de curiosidad. Con prudencia salí sin poder descubrir de donde venían aquellos gritos. Camine al rededor de la cuadra y en la parte de atrás vi al pastor subido en un fresno chorreando agua y gritando a pulmón abierto <¡Viva Castro, abajo Kennedy!!>.
Estaba tan ofuscado, que se bajo me ignoro cogio su zurrón y desapareció colina arriba entre fuertes aguaceros y nubes de vapores.

Son pequeñas historias de gente humilde, que fue fraguando la historia del valle con pequeñas acciones, con alegría, con entusiasmo, con bronca  y a veces con angustias, pero siempre con lo principal, con el solo premio de sentirse bien , de ser felices con lo mínimo y de encontrar en las pequeñas cosas, lo mas grande, estar bien con uno mismo.

                                                                                         Jesús A. López

MANOLO ARANGO:
Jose Manuel: En vista de que no quieres contar nada te dedico esta cancion, te `puede servir
para un montaje de video como musica de fondo. Un abrazo "grifas"

Arango cantando " Have You Ever Seen the Rain?"

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