Ayer dormí en Panes. Estaba solo, mi mjer se quedó con su madre en Unquera y yo me viene a dormir a Panes. En estos casos trato de irme tarde a la cama y me tomé un par de copas con los Collado de Abándames y con Juan Antonio (el de la Cortina) en el Balcao...Si les digo la verdad, no abrí ni la cama. Me quedé "sopa" en el sofá ojeando unos cuentos del "Capitán Trueno", que para eso los tengo, para cuando llego a casa tarde y no me apetece leer otra cosa...
Las mañanas, para mi, siempre son tristes. Casi me costó meterme en la ducha. Lo hice porque me hacía falta despejar. Bajo el agua caliente iba entrando en razón y, en ese momento, las lágrimas se confunden con el agua y, además, nadie te ve llorar..
La tristeza se me fue suavizando y salí a la calle. Era una mañana preciosa, de sol de julio. Compré el periódico y me fui a leerlo, con un par de cafés, a la Covadonga...
Pero, como la noche anterior, seguía pensando en mi amigo (querido amigo) Gambín. José Peñalver Gambín. Gambín, llegó a Panes, hace casi cincuenta años de guardia civil. Era un mozucu de poco más de veinte años. Desembarcó en la estación de Unquera con una maletina, con pocas cosas, y subió hasta Panes con José Antonio López. José Antonio (con malicia sana) siempre le echó en cara que no le había pagado el viaje...
Pasaron muchos años después de aquello. Aquel guardia joven, murciano (del Puerto de Mazarrón) que hablaba raro, y siguió hablando raro, se casó en Abándames. Tuvo otros destinos y volvió a nuestra tierra. Enterró a su esposa en Abándames y allí también dejó una descendencia.
Pepe, Peñalver o Gambín, llámenle como quieran, se instaló entre nosotros. Es un personaje, al menos para mi, muy querido. Pero hoy la vida le sacudió fuerte. Gambín está mal. Está hospitalizado y nos preocupa su salud. No es muy mayor, a penas pasa de los 70 años, pero la vida no respeta edades..
Yo soy de Panes (nacido y criado), Gambín es murciano, y fue guardia civil, pero yo he tenido pocos amigos en mi pueblo como él. No es lo mismo (cuando yo voy por Panes) tomar un vino con Gambín o sin Gambín. Aunque le entendieras poco de lo que te hablaba. Era igual, ya estábamos acostumbrados.
Me he venido muy triste, pero muy triste. Por eso esta mañana estuve mucho tiempo debajo de la ducha antes de salir a la calle. Quería desahogarme y que mis lágrimas se confundieran con el agua de la ducha. Al fin, nadie me veía y podía sonar de mi pecho un suspiro...
Yo, Pepe, poco puedo hacer. Poco no. Rezaré por tí todos los días. Y pido al cielo que sigas con nosostros....