NAVIDAD 2120
Querido abuelo: te extraño mucho, hace días que me encuentro mas sentimental que en otros días del año. Quizás sea por las historias que me contabas de los abuelos de tus abuelos.
Todos mis ordenadores virtuales me dicen que hoy es noche buena y mañana Navidad.
Yo no estoy tan seguro, pues personalmente ya no recuerdo haber vivido aquellos días.
Te quiero contar que anoche fui muy feliz, y que hoy todavía dura mi felicidad por que aun siento que el sueño fue realidad.
¿Te acoradas abuelo de las historias que me contabas de los abuelos de tus abuelos? pues anoche soñé que era noche buena y estaba en la casa de tus abuelos, en ese pueblo en la ladera de la montaña rodeado de ríos y bosques, sentado en una enorme mesa de madera a la luz de un candil y tu estabas ahí, y tus abuelos, y mis padres y mis hermanos todos juntos con los alimentos necesarios, pollo, sidra algunos turrones garrapiñadas y mazapanes, como tu decías, solo lo necesario pues no necesitábamos mas.
Arriba del fogón de la cocina destacaba un Belén con el niño Jesús en el pesebre, la Virgen y San José lo contemplan, a su alrededor los bueyes y las ovejas descansan en reverencial paz. Afuera los pastores acuden con sus rebaños atraídos por la misteriosa luz que envuelve al establo. En su entrada arde una vela que proyecta las sombras del Belén sobre la pared. Cada vez que la llama de la vela parpadea parece que las sombras recobraran vida creando un ambiente de paz y misterio indescifrables.
Sabes abuelo……..el Belén lo armamos mis hermanos y yo, a mi me toco juntar en el prado el pasto seco donde duerme el niño Jesús, y ya tenemos los zapatos en la ventana llenos de hierbas frescas para que coman los camellos de los Reyes Magos, y también una fuente llena de agua parta que puedan beber. Estamos todos muy ilusionados y excitados pues en la ventana dejaran los regalos que le pedimos en nuestras cartas, no mucho, pues los que pasan por estas montañas no son muy ricos, algún calcetín, algunos lápices de colorines, alguna libreta para la escuela o simplemente alguna golosina, pero sabes abuelo…….cualquier cosa que dejen en la ventana nos hará los niños mas felices del mundo.
También recuerdo cuando me decías que a vos ya no te toco vivir aquellas Navidades, pues un día de un país lejano cerca de los hielos del norte apareció un abuelo barrigón con barbas y pelo blanco montado en un trineo tirado por renos voladores con una bolsa mágica donde cabían los mejores y sofisticados regalos. Y que el abuelo se llevo el Belén y planto un árbol donde el día de nochebuena entraba por la chimenea y de ese árbol colgaba los mejores regalos, ya no solo para los niños también para los mayores.
¡Oye abuelo! Yo nunca creí que los renos puedan volar y que en la bolsa mágica entraran todos los regalos del mundo, siempre me pareció que los reyes eran mas reales pues venían caminando con sus camellos. Paro un día me contaron que en la bolsa mágica viajaba un genio maléfico llamado “Progreso” que podía hacer realidad cualquier cosa, con la única condición de que solo había que consumir lo que el ofrecía.
Es así que lleno el mundo de abundancia hasta el punto de que ni los niños ni los mayores tenían límites para pedir y siempre querían más y no eran felices, pues lo que tenían hoy mañana no tenia valor.
Abuelo, pese a que pertenecemos a épocas distantes y diferentes, te quiero contar un secreto pero no se lo cuentes a nadie, no quiero que el “Progreso” se ria de mi. Le escribí una carta a los Reyes Magos, le pedí que me lleves con vos y me des un abrazo; sabes abuelo, desde el día en que vos te fuiste, que apretaste mis manos fuertemente, nunca nadie me dio una caricia. Después abuelo………. quiero que me lleves con los abuelos de tus abuelos, seguro que estará en un cielo, donde habrá una montaña, un pueblo y una Navidad como la de mis sueños.
Yo estoy aquí en mi cuarto, no me falta nada, solo tengo que apretar un botón o desear algo para que parezcan un enjambre de “mandrakes” virtuales que harán que mis deseos se cumplan sin que yo mueva un dedo.
Estoy aburrido y barrigón como el abuelo del norte, no hago nada abuelo, me quiero ir con vos, quiero vivir las navidades de tus historias, quiero que me las cuentes otra vez. Estoy muy solo, mis padres trabajan sin descanso para el “Progreso” y cuando le sobra tiempo se indignan, se indignan todos los días y salen a la calle a pedir derechos y justicia no se de que.
Te necesito abuelo, mis padres se olvidaron de ellos y de mí.
Jesús A. López