“CONCIENCIA” que palabra amplia y enigmática.
Pensar que en ella se encierra toda la esencia del ser humano me produce produce angustia e incredibilidad.
En estos momentos en que las sociedades deambulan en la necesidad de una nueva conciencia -que la mayoría no comprendemos- nadie o muy pocos comprendemos que nos encontramos con un eslabón que todavía non supimos o no queremos romper, bien porque no nos interesa, o porque mejor lo conocido que lo por conocer o por comodidad.
Lo cierto es que seguimos actuando como siempre, sorprendidos y embelesados por arengas interminables con bellas palabras que el orador desgrana a raudales ante un receptor entusiasmado incondicionalmente.
Pocas veces nos tomamos el privilegio de tomarnos cinco minutos para analizar lo que nos prometen, nunca nos paramos a indagar el historial de nuestros políticos para que no nos sorprendan una vez más.
Ese eslabón insalvable para el pueblo son los políticos. Si algo evoluciono en esta sociedad, no fueron los políticos, no busquemos conciencia en ellos, no la tienen, ya tienen muchos siglos de aprendizaje, tienen una biblia un decálogo perpetuo donde los cambios evolutivos son inaceptables.
Han formado una nueva sociedad o masonería si escrúpulos, sin moral, sin conciencia y la practican y la cuidan con el mayor esmero.
Esa sociedad tiene cientos de ideólogos e ideologías perfectamente adaptables a sus necesidades, todas ellas muy opuestas que cada uno de sus defensores trata de vender sin escatimar esfuerzos ni métodos, como la mejor, como la que salvara a los pueblos de sus miserias.
Sin embargo todas esas ideologías convergen en una sola cosa, la satisfacción propia de llegar al pedestal más alto del poder y al engorde de sus arcas.
Esa es la conciencia que ellos comprenden, si el pueblo no cambia y realiza algo para que ellos cambien, nuestra sociedad jamás cambiara.
Dirán que no todos son malos, que habrá muchos que dedicaron su vida a los demás, es cierto.Seguro que los hay. Pero son buenos hasta que llegan al poder, cuando llegan a la cima, pierden la conciencia y se olvidan de todo lo que prometieron.
¿Y sin políticos, a quien votamos? Dirán todos, no lo se. Habrá que seguir bien su trayectoria, y si cometen errores no votarlos, o acortar sus mandatos.
Me dirán que soy un extremista, pero hace años que no creo en los políticos ni de derecha, ni de izquierda, ni del centro, ni de arriba ni de abajo. Tampoco creo en ninguna ideología de las que hoy nos gobiernan y dirigen nuestras vidas, por que ninguna es clara y contundente, como para que los hombres no la puedan manipular, adaptándolas a sus necesidades personales.
Ninguna fuerza de las que nos gobiernan hoy día sea política, religiosa u organismos sociales fueron capaces de erradicar de la faz de la tierra las guerras, el hambre y las injusticias. Y eso que ya llevan instaladas en nuestras vidas, siglos y siglos.
Por eso creo, que con Cascos o sin Cascos, para ir de Unquera a Llanes abra que esperar a que pasen “CANTA” y “NELUCU” con el carretillu.